A pesar de que el transporte marítimo sigue siendo el más eficiente en cuanto a emisiones atmosféricas se refiere, todavía debe recorrer un largo camino para alcanzar los retos propuestos por los Objetivos de Desarrollo Sostenible, especialmente, si tenemos en cuenta que es el responsable del 80% del comercio mundial, pero ¿cuáles son los principales retos que debe afrontar?, ¿cómo es el pronóstico para los próximos años?, ¿qué inversiones deberá enfrentar?
Factores que influirán directamente en la industria marítima
Antes de resolver estas cuestiones es importante analizar el contexto político, económico y social, que no solo afecta directamente al transporte marítimo, sino al comercio mundial:
- Demografía y economía
Según el informe Global Maritime Trends 2050, Asia y África concentrarán el mayor aumento de población hasta 2050. Un dato que tiene profundas implicaciones para la industria marítima y la economía global, ya que se generará una demanda significativamente mayor.
- Desglobalización y fragmentación
La transición energética y descarbonización modificará las rutas comerciales tradicionales. Esta reconfiguración de las redes logísticas y la cadena de suministro tendrá un profundo impacto en el transporte marítimo, que deberá lidiar con cuestiones de seguridad energética.
- Dominio de Asia vs EE.UU
Otro de los datos extraídos del informe es que para 2050 se espera que China se convierta en la economía más grande del mundo con un PIB de más de 80 trillones de dólares. Las rutas comerciales que sirven a la región experimentarán un aumento de actividad y, como consecuencia, los puertos asiáticos deberán estar preparados para recibir un mayor volumen de carga y disponer de una infraestructura logística más avanzada.
El futuro de la logística marítima
El rumbo del transporte marítimo se dirige hacia un futuro más sostenible y conectado, impulsado por las innovaciones tecnológicas y la búsqueda constante de la eficiencia. En este sentido, son cada vez más las compañías que se suman a los buques inteligentes en su compromiso con el cuidado del medio ambiente. Un ejemplo es Baleària, que presentó a inicios de este año su segundo fast ferry con motores duales a gas natural y gemelo del Eleanor Roosevelt.
El operador marítimo Finnlines ha sido otro de los que se ha sumado a la ecoeficiencia con sus nuevos buques que ofrecen una considerable capacidad de carga para cualquier tipo de mercancía. Estos buques conectarán Bélgica con España a través de los puertos de Bilbao, Vigo y Zeebrugge, dos veces por semana y estarán equipados con tecnología innovadora de ahorro energético.
Otras tendencias que marcarán los próximos años:
- Automatización
Será una de las tendencias más notables, que permitirá reducir la dependencia de la tripulación, mejorar la precisión en la navegación y reducir el consumo de combustible.
- Energías Limpias
El transporte marítimo está experimentando un cambio hacia fuentes de energía ecoeficientes, limpias y sostenibles. Los barcos propulsados por energía eólica, solar o eléctrica están ganando terreno, ofreciendo una alternativa ecológica, que reduce las emisiones de carbono y ayuda a cumplir con las restricciones ambientales. Cabe recordar que, desde el 1 de enero de 2020, los buques no pueden transportar ni utilizar a bordo combustible con un contenido de azufre superior al 0,50% en masa – 0,10% si hablamos de los puertos europeos –. Una normativa internacional que ha supuesto un gran reto no solo para las compañías, sino también para la Administración Marítima.
- Digitalización de la cadena de suministro marítimo
Desde la planificación de rutas hasta el seguimiento de la carga, la digitalización está transformando la gestión marítima. La utilización de tecnologías como la IA o el Blockchain está permitiendo una mayor visibilidad y coordinación en tiempo real, seguridad en las transacciones y registros de la cadena de suministro y una mejor eficiencia.
- Diseño ecoeficiente
Y, hablando de eficiencia, no solo la tecnología ayuda a lograrla, sino también el diseño inteligente de los buques para la optimización de las cargas. De esta manera, es posible reducir el consumo de combustible y, por ende, las emisiones.
- Mayor conexión
Son varios los actores que forman parte de la industria marítima: empresas de logística, compañías navieras, autoridades portuarias… Una mayor conexión entre todas ellas se convierte en catalizador clave para la eficiencia y ayuda a optimizar la cadena de suministro en todo su conjunto.
En definitiva, la evolución económica y política remodelará el comercio global y presentará desafíos y oportunidades para el transporte marítimo, que deberá prepararse para un futuro marcado por la adaptación y la innovación constante, pero sobre todo, por la búsqueda de la sostenibilidad. Un objetivo que será posible alcanzar gracias a la combinación de tecnología avanzada y fuentes de energía más limpias.