Slow delivery: ¿la solución de entrega sostenible para 2023? Mari Gómez Becerra 5 de abril de 2023
Slow delivery: ¿la solución de entrega sostenible para 2023?

Según el estudio e-Sopper Barometer, que analiza las compras online en 21 países europeos, el 10% de las compras totales realizadas en Europa ya se hace a través de la red. En lo referente a categorías, hay una clara ganadora: la moda. En Europa, un 20% de las compras totales de moda provienen del canal online. Un 48% de los europeos encuestados afirmó haber comprado ropa online a lo largo del último año. Según Statista, Países Bajos fue el país europeo con mayor penetración de la moda online en 2022, seguido de Noruega y Dinamarca.

El incremento de estas cifras, año tras año, hace que cada vez sean más los paquetes que se deben entregar al comprador.  Es por esta razón que resulta esencial que las empresas logísticas apuesten cada vez más por entregas más sostenibles. De la misma manera, los compradores online deben promover dicha práctica escogiendo tipologías de entrega que la fomenten. ¿Será 2023 el año en que los envíos sostenibles superarán a los exprés?

Intentos fallidos y puntos de entrega

Según detalla la consultora Deloitte, los envíos exprés están aumentado por encima de un 10% cada año y, actualmente, un 86% del total de repartos se están solicitando a domicilio por parte de los compradores. Uno de los principales retos logísticos de las empresas que están operando en las grandes ciudades es disminuir las entregas fallidas. Eso tiene como consecuencia el intento de una segunda entrega y, por lo tanto, un incremento de gases contaminantes. Cabe resaltar que el 25% de las emisiones totales de gases contaminantes proceden del transporte de mercancías, según datos de Statista. Además, el 20% del tráfico de las grandes ciudades está provocado por el colapso de los transportes de mercancías.

Para aumentar esa tasa de éxito, cada vez son más las empresas de reparto que utilizan puntos de recogida de paquetes. Aun así, según la CNMC, en España menos del 10% de las entregas se realizan en punto de recogida, a pesar de que entre el 10% y el 15% de los envíos son fallidos. Estos puntos de recogida pueden reducir, por paquete, hasta un 20% el CO2 y un 9% el coste de del bulto.

Picos de ventas y devoluciones

Las compras online también aumentan considerablemente en épocas de más consumo como puede ser Navidad o Black Friday. Durante las semanas previas a estas festividades, los envíos de e-commerce se disparan y, por consiguiente, también lo hacen las devoluciones online.

May López, profesora de OBS Business School y directora de desarrollo de Empresas por la Movilidad Sostenible, en unas declaraciones recogidas por el diario La Razón, asegura que “si bien el trámite de entrega y devolución son un gran servicio para la satisfacción del cliente, es una responsabilidad de los consumidores pensar en las emisiones de CO2 que generan estas entregas a domicilio, pues no todas las empresas cuentan con vehículos eléctricos o embalajes sostenibles para sus entregas”.

Según datos del informe “La sostenibilidad en el e-commerce actual: El impacto de nuestra decisión de compra”, elaborado por López junto a EAE Business School, con datos hasta 2021, en España se suele devolver entre un 20% y un 30% de las compras realizadas por Internet, frente a solo un 6% de las que se hacen en tiendas físicas. Dicho dato puede alcanzar el 50% en periodos de alta demanda como los que hemos citado anteriormente.

El mismo estudio asegura que España en el cuarto país europeo con más devoluciones. Además, detalla que la media de años de antigüedad de las furgonetas que realizan los repartos es de 13 años y que todo ello genera un 7% del total de las emisiones de CO2 generadas en nuestro país. Si a esto le añadimos el incremento de las peticiones de entregas exprés, se aumentan los costes hasta 3 o 4 veces y se genera un 20% más de emisiones CO2 en la última milla. Estos datos cambiarían considerablemente si se apostase más por las entregas en puntos de recogida o tiendas de conveniencia.

May López, en su informe, también estima que si la tendencia sigue el mismo ritmo, las entregas de última milla podrían crecer en grandes ciudades más de un 30% hasta 2030. Este incremento supondría aumentar 25 millones de toneladas anuales de CO2 a las emisiones totales actuales.

Slow delivery: menos exprés y más sostenible

El incremento incontrolado de las emisiones de CO2 generadas por las entregas online está abriendo la puerta a otro tipo de entregas que sean más sostenibles y que no dependan únicamente de la velocidad: cambiar rapidez por efectividad.

Antonio Iglesias, experto en logística y cadena de suministro y profesor de ESIC, detalla, en unas declaraciones recogidas por El País, que el slow delivery (entrega lenta) “es una tendencia muy firme y que va a seguir cogiendo tracción, por mucho que las expectativas de gran parte de los clientes presionen en sentido contrario”. Y añade que “la de la entrega urgente o incluso inmediata, en dos, cuatro o 24 horas, es una lógica insostenible tanto desde el punto de vista de la optimización de costes como del control de emisiones”.

Iglesias asegura que “el slow delivery se acabará integrando como un elemento más en la logística de última milla que deberá tener en cuenta muchos factores, de la automatización y la innovación tecnológica a los nuevos modelos de movilidad urbana y la necesidad de formar a un personal especializado que, hoy, escasea. Los usuarios van a tener que acostumbrarse, tal vez, a pagar algo más para disfrutar de un servicio más eficiente, mejor pero no necesariamente más rápido”.

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