LPR y CHEP: la historia de los palés de alquiler Mari Gómez Becerra 7 de diciembre de 2022
LPR y CHEP: la historia de los palés de alquiler

Uno de los elementos esenciales de la cadena logística es el palé. Esta plataforma facilita el traslado de mercancía, rentabiliza el almacenamiento y ayuda en el inventario de productos. Pero ¿cuántos palés se pueden llegar a fabricar anualmente? Según datos de la European Pallet Association e.V. (EPAL), en 2021 se elaboraron más de 100 millones de europalés EPAL nuevos, lo que supone un crecimiento interanual del 5,5%. En cuanto a las reparaciones, la cifra alcanzó un crecimiento significativo llegando hasta el 7,6%.

Cuando una empresa envía una mercancía con un palé, este se suele dar por perdido. Los costes que supondría devolverlos superan con creces a la compra de nuevos. Es por eso que, desde hace varios años, existe el llamado pooling. Se trata de un servicio pool de palés en el que el proveedor pone al servicio de sus clientes la recogida y devolución del mismo. De esta manera, un mismo palé puede tener cientos de usos durante su vida útil.

Actualmente hay dos grandes empresas que se dedican a ofrecer este tipo de servicios: CHEP (o también conocida por sus palés azules) y LPR (palés rojos). Ambas corporaciones cuentan con una red consolidada que garantiza la devolución de palés entre diferentes países.

¿En qué puede ayudar a una empresa apostar por el pooling? El mayor beneficio está ligado al tema de los costes. Este tipo de servicio suele suponer una reducción de gastos de más de un 60% respecto a la compra de palés. Otro de los grandes inconvenientes de la adquisición de estas plataformas está relacionado con los receptores y es que puede ocasionarles grandes problemas y dificultades de almacenaje. Además, el tema de la sostenibilidad también es esencial, ya que la construcción y la destrucción de un palé es perjudicial para el medio ambiente.

LPR y CHEP: líderes del mercado

Actualmente, en España operan tanto CHEP (Commonwealth Handling Equipment Pool) como LPR (La Palette Rouge). La primera cuenta con una trayectoria mucho mayor, ya que se creó en Australia tras la 2ª G. M. con el objetivo de gestionar los más de 30 millones de palés que dejó el ejército de EE. UU. Absorbió la antigua Gespalet, con origen en Munguía (País Vasco), y creó su propio monopolio.

Por su parte, LPR surgió en Francia y fue la primera empresa en conseguir la Certificación PEFC (garantiza que sus palés únicamente se obtienen de madera de bosques sostenibles) tras su certificación de calidad ISO:2008 de 2010.

En cuanto a medidas y resistencia, ambos modelos son idénticos. Tanto CHEP como LPR ofrecen servicios de pooling de europalés de 800mm x 1.000mm y de 1.000mm x 1.200mm que cuentan con una resistencia de hasta 1.000 kg.

Las principales diferencias están en el proceso de alquiler y el ámbito geográfico, además de sus precios y bonificaciones. Los palés CHEP permiten un alquiler por día y operan tanto en ámbito nacional como para exportaciones (excluyendo Japón, EE. UU y Australia). Por su parte, los LPR permiten un aprovisionamiento de venta con pacto de recompra y únicamente están disponibles para territorio europeo.

Según detallan desde La Palette Rouge, cuentan con una rotación de más de 113 millones de pallets al año y tienen más de 28.000 puntos de recogida repartidos por toda Europa. Aseguran ser líderes en el mercado de pool de palés en los sectores de FMCG y minoristas europeos.

Su principal objetivo es reducir su huella de carbono un 20% (por cada movimiento de palés) en 2025, en comparación con 2018. Para lograrlo, colaboran con proveedores locales utilizando el mismo transportista para los envíos de entrada y salida de las fábricas, además apuestan por medios de transporte alternativos como el ferrocarril.

LPR utiliza plataformas reutilizadas que se someten a varias rotaciones anualmente. Todos los palés que les devuelven son revisados, clasificados y reparados antes de volver a enviarlos al cliente. Cuentan con una vida útil de cinco años y los que ya no se pueden reutilizar los reciclan para otros fines.

Por su parte, CHEP afirma tener más de 26 millones de palés circulando por Latinoamérica, su región con más presencia. Cuenta con una trayectoria de más de 60 años y está presente en más de 50 países de todo el mundo. Dentro de la cadena de suministro, son socios estratégicos de todo tipo de empresas, desde grandes multinacionales hasta pequeñas empresas familiares.

El pasado año comenzaron a colaborar con la empresa tecnológica BXB Digital para desarrollar un sistema de trazabilidad para sus palés y contenedores reutilizables. Su principal objetivo es aumentar la visibilidad a través de un sensor que se incorpora en las plataformas para ofrecer a sus clientes un mayor control y seguridad de las mercancías.

Otras alternativas sostenibles

Durante el pasado año, el coste bruto de fabricar un palé incrementó entre un 200% y un 350%. Este aumento ha hecho que cada vez exista menos aprovisionamiento y, además, se espera que se trate de una tendencia en auge.

La Federación Europea de Fabricantes de Palés y Embalajes de Madera (FEFPEB) ya informó hace unos meses sobre su preocupación ante el desabastecimiento y la escasez que está provocando el aumento del coste de la madera. Esta escasez ya está afectando a las cadenas de suministro de más del 45% de las empresas, según datos de FEFPEB.

¿Qué alternativas de compra existen a los populares palés de madera? A pesar de ser poco conocidos, hoy en día existen otros dos tipos de palés fabricados con otros materiales: los palés de cartón y los palés de plástico (o popularmente conocidos como químicos).

Ambas opciones ya se estaban comercializando hace algún tiempo, ya que son más sostenibles que el palé tradicional de madera, aunque no ha sido hasta hace unos meses que su producción ha ido en aumento.

Los palés de cartón están hechos con un material 100% reciclado y ofrecen la misma resistencia que uno de madera, además de ser mucho más ligeros. Además, son los idóneos para enviar mercancías a aquellos países en los que ya no están permitidos los anteriores.

En cuanto a los palés químicos, iniciaron su producción para transportar productos químicos, ya que este tipo de sector necesitaba un material resistente ante la peligrosidad que puede provocar una fuga para el medioambiente. También son llamados Chemical Pallet (CP) y tienen unas medidas específicas para este tipo de transportes (clasificados del CP1 al CP9). Sus principales características son: ligereza, mayor durabilidad, impermeabilidad y sostenibilidad.

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