La pandemia, la situación de Ucrania y el aumento del precio de la gasolina y el diésel, un 34,1 y un 39,8% respectivamente en la última década, han provocado una gran crisis en el sector de la logística. El paro de los transportistas, el desabastecimiento de algunos productos o el aumento del precio de los contenedores son solo algunas de las razones por las que cada vez es más obvia la necesidad de medidas para evitar el colapso de una industria que, solo en España, emplea a 981.606 profesionales, según los últimos datos (abril de 2022), publicados por el ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones; pero, ¿cuáles son por ejemplo las alternativas al combustible? ¿Qué otras opciones hay para abaratar los costes? ¿Y para alcanzar una movilidad más sostenible?
La transición hacia nuevas fuentes de energía en el sector de la automoción supone una gran revolución que puede contribuir, sin duda alguna, a mejorar la situación actual del sector de la logística y el transporte. “La descarbonización del transporte tiene directamente que ver con la capacidad de construir vehículos limpios, pero también con el rápido despliegue técnico y con un cambio cultural. La nueva movilidad urbana y metropolitana está directamente relacionada con nuevos hábitos empresariales y ciudadanos, gracias al poder transformador de la tecnología. La economía circular no es solo una tendencia, o un lema, sino una necesidad para el cambio. Y lo mismo ocurre con la digitalización, necesaria para una fabricación eficiente y, posteriormente, un uso adecuado de vehículos cada vez más limpios y respetuosos con el medio ambiente”, así podemos extraer del informe “La movilidad sostenible del futuro y el impacto sobre los ODS”.
Vehículos eléctricos, una gran alternativa
A pesar de que, según el informe de la Agencia Internacional de la Energía (IEA, por sus siglas en inglés) “Perspectivas globales de vehículos eléctricos para 2022”, uno de los mayores obstáculos a los que se enfrenta la venta de este tipo de vehículos es el coste de algunos materiales críticos para la fabricación de las baterías como son el litio, el cobalto o el níquel, para 2030 se estima que habrá 125 millones de unidades de coches eléctricos.
Y, antes de esta fecha, concretamente en 2023, llegará a España el primer camión de gran tonelaje 100% eléctrico, Volta Zero. Será el primer vehículo de 16 toneladas, totalmente eléctrico diseñado para el transporte de mercancías en el centro de la ciudad con el objetivo de reducir el impacto medioambiental.
La empresa sueca responsable de su fabricación, Volta Trucks, ha elegido Madrid, y después continuará con otras ciudades europeas, para introducir Volta Zero en el reparto logístico del centro de las ciudades. Según sus previsiones, comenzará con la producción de 5.000 vehículos y prevé alcanzar los 27.000 en 2025.
Tal y como podemos extraer de un artículo publicado en la revista Nature Electronics los camiones con motor diésel actuales son responsables del 72% de los gases de efecto invernadero relacionados con el transporte. Conscientes de esta realidad y, con el objetivo de descarbonizar la logística de la última milla y reducir el impacto medioambiental global en toda la cadena de suministro, nace Volta Zero.
Este camión eléctrico cuenta con una autonomía de hasta 200 km, una velocidad máxima de 90 km/h y una capacidad de carga útil de hasta 8.000 kgs. Según estimaciones internas, el Volta Zero supondrá desde su puesta en marcha y hasta 2025, un ahorro de alrededor de 1,2 millones de toneladas de emisiones de CO2 a la atmósfera. Estas características lo convierten en el transporte idóneo para los núcleos urbanos. Además, otra de sus ventajas es que dispone de un 90% menos de piezas mecánicas que un vehículo equivalente con motor de combustión fósil. Esto se traduce en un mantenimiento mucho menos costoso.
A pesar de que los entornos urbanos solo ocupan el 3% de la superficie de la Tierra, consumen entre el 60 y 80% de la energía y emiten el 75% del CO2. Las ciudades y organizaciones del futuro se están preparando para conseguir fomentar una movilidad sostenible, pero para alcanzar esta ambiciosa meta es importante cambiar los actuales modelos de ciudad y movilidad y pensar en iniciativas verdes que se acerquen precisamente a esos objetivos que marca la Agenda 2030.
E-commerce y sostenibilidad
El impacto que el e-commerce tiene en la sostenibilidad es muy elevado, especialmente, si tenemos en cuenta el crecimiento sin precedentes que esta actividad está experimentando desde hace dos años. Los nuevos hábitos de consumo y el hecho de que el consumidor cada vez sea más exigente con los plazos de entrega generan un impacto medioambiental altísimo, ya que implica movilizar vehículos emisores de CO2 en mayor número y frecuencia.
Así como 2021 podemos decir que fue el año del auge de las compras online, en 2022 el gran protagonista será el reparto de última milla. La aprobación de la Ley de Cambio Climático y Transición Energética supone la creación en grandes ciudades de nuevas Zonas de Bajas Emisiones (ZBE). Estas zonas pueden causar problemas en la cadena de suministro, debido a las restricciones de acceso a los núcleos urbanos para los vehículos más contaminantes.
En el caso de la ciudad de Madrid, si el parque de furgonetas de combustión se convirtiese en un parque de furgonetas o camiones eléctricos como Volta Zero, se estaría ahorrando, prácticamente 1,5M de toneladas de CO2 al año. “Desde el punto de vista de distribución urbana de mercancías, tanto el vehículo eléctrico como conectado, suponen una mejora en la eficiencia, en la optimización de rutas en tiempo real, disminuyendo así la congestión de las ciudades, reduciendo las emisiones contaminantes y los niveles de ruido. Es decir, suponen una mejora en los entornos urbanos” explica Susana Val, directora de Zaragoza Logistics Center.
Lo que está claro es que existe un reto por delante, sobre todo, para el sector logístico: lograr que las entregas sean más eficientes, ecológicas e inteligentes.