Las aduanas y los aranceles no deben de ser un impedimento para vender en Estados Unidos. Es cierto que hay que tener en cuenta qué tipo de mercancías se quieren exportar y cuál es el coste de los trámites para ciertos envíos, pero siguiendo la normativa es todo mucho más sencillo.
Según datos facilitados por Statista, en 2021, el valor de las materias primas exportadas por la Unión Europea (UE-27) a Estados Unidos ascendió a aproximadamente 70.819 millones de euros. El valor total de todos los productos exportados a EE. UU. desde la UE escaló a 2.181 billones de euros en el mismo año. Se trata de uno de los lugares del mundo con el que las empresas tienen más intereses comerciales. Aunque, antes de realizar cualquier exportación desde España a EE. UU hay que conocer muy bien su normativa.
Exportaciones punteras
Lo primero es conocer bien el mercado al que queremos exportar. Según detalla el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo del Gobierno de España, en 2022, EE. UU. fue el primer destino de las exportaciones de la UE y el segundo proveedor de la UE tras China. Tras los impedimentos del gobierno de Trump, la Administración Biden ha mostrado una mayor receptividad a la negociación de soluciones, decantándose a favor de la cooperación con socios estratégicos como la UE, y generando así grandes expectativas de cara a dinamizar y reforzar las relaciones transatlánticas.
Para todo ello, es esencial contar con un buen operador logístico que no solo se encargue de que este tipo de mercancías lleguen siguiendo todas las normativas actuales, pero que también ofrezcan una solución confiable para las devoluciones de los clientes estadounidenses, como es el caso de Spring GDS.
Papeleo básico
Muchas de las exportaciones que se hacen a Estados Unidos corresponden a los envíos DDP (Delivered Duty Paid). Este tipo de operaciones de venta es la más sencilla, ya que la aduana nos permite la opción de hacer el envío sin registrar una compañía con una sede física específica en ese país, lo que llamaríamos ‘Non Resident Corporation’. De esta manera, podremos agilizar el pago de impuestos y entregar de manera más rápida nuestra mercancía.
Hay que tener en cuenta que la aduana exigirá siempre una garantía o aval con el fin de asegurarse el cobro de los aranceles de los envíos. Para ello, es importante contar con un documento DSV con el que poder registrar la empresa y obtener un número de importador. Existen dos tipos de avales y se diferencian principalmente por la cantidad de envíos que se quieran realizar. Por una parte, tenemos el llamado ‘Single Entry Bond’, con el que únicamente se puede realizar un envío a un destino final, y el ‘Continuous Entry Bond’, con el que se podrán hacer múltiples envíos con diferentes entradas de mercancías.
Aranceles de mercancías
Cualquier mercancía que se quiera enviar a Estados Unidos estará sujeta al llamado arancel aduanero. Esta tarifa, en dicho país, la regula la U.S Customs and Border Protection – CBP. Su objetivo principal es recaudar los impuestos sobre todas aquellas mercancías que se envíen desde cualquier parte del mundo.
Los tipos de aranceles y sus costes son infinitos. Para conocer detalladamente cada uno de ellos lo mejor es consultar la propia página del HTS (Harmonized Tariff Schedule of the United States). En ella, el usuario puede realizar una búsqueda por palabras individuales de los productos a exportar o los códigos arancelarios de cada uno.
Trabas aduaneras
Los obstáculos que pueden encontrar actualmente los productos españoles en las aduanas de Estados Unidos son pocos, pero algunos de ellos siguen vigentes. Echando la vista atrás, uno de los baches más grandes se registró en la época del conflicto aeronáuticos cruzado con la Unión Europea por los apoyos de las compañías de Boeing y Airbus, que se dio hasta 2021.
Hoy en día, aunque parezca un tema peculiar, los gravámenes contra la aceituna negra de mesa están trayendo cola. La UE ha reclamado una consulta con EE. UU. ante la OMC (Organización Mundial del Comercio) ya que considera que se está incumpliendo el dictamen de este organismo, contrario a los aranceles con los que en su día Washington quiso tomar represalias contra las diferentes ayudas europeas.
Bruselas se sumó y expresó a principios de año su total desacuerdo contra los nuevos aranceles, que bajaron del 14,97% al 11,08% y aseguró que seguía viéndolo como una rebaja insuficiente. De la misma manera, el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo también ha explicado que entre dichas barreras existe una restricción al comercio de vinos y licores frente al régimen para el producto local.