La pandemia ha supuesto una gran tensión para la logística y ha puesto en jaque la cadena de suministro de pequeñas y grandes empresas. El lockdown de 2020 está todavía hoy haciendo mella en muchas compañías que deben enfrentarse a la falta de materias primas, o al aumento del coste de las mismas, pero ¿Cómo hacer frente a la crisis de suministros?
¿Qué ha provocado esta situación?
Ramón Abalo, managing director en APG eCommerce Solutions lo explicó muy bien en el artículo que publicamos sobre los problemas de desabastecimiento. En enero de 2020 la fábrica del mundo dejó de producir y cuando comenzó a hacerlo en abril-mayo de ese mismo año, el resto del planeta estaba paralizado, es decir, no tenía posibilidad de enviar sus mercancías. Esta situación, unida a un incremento de la demanda, provocó aglomeraciones en los puertos, aumento del coste de los fletes y escasez de contenedores; las principales causas de esta crisis global.
La falta de conductores profesionales también ha afectado de manera drástica a la industria logística. Según un estudio realizado por Transport Intelligence, el sector necesita 400.000 conductores para responder a la demanda de los consumidores. El país más afectado es Polonia, donde hacen falta más de 120.000 profesionales del transporte, seguido de Reino Unido donde la cifra oscila alrededor de los 90.000. Aunque la situación de España no es tan significativa, ya hacen falta cerca de 15.000 transportistas.
Los sectores más afectados por la crisis de suministros
Encarecimiento de los juguetes, retraso en las entregas en el sector de la construcción, escasez de microchips y semiconductores, falta de corcho y vidrio para embotellar el vino… Todos los sectores se han visto afectados por la crisis de suministros. Por ejemplo, el sector de la automoción. Según datos de la Asociación Española de Proveedores de Automoción (Sernauto), en 2021 se produjeron un 7,5% menos de vehículos, lo que implica, si comparamos los datos con el último año pre-pandémico, 724.000 unidades.
Los profesionales de la construcción también están padeciendo la crisis de suministros con escasez de materiales como el acero, la madera o el aluminio. Según una encuesta realizada por la Confederación Nacional de la Construcción (CNC), el 40% de las empresas han tenido que cancelar algún contrato o paralizar alguna obra debido a la escasez de materiales o el aumento de los precios.
El sector de la moda ha sido otro de los perjudicados, quizá porque, tal y como se extrae de un informe elaborado por Statista, los productos textiles fueron los más demandados por los consumidores online en 2021. Grandes compañías como H&M, Asos, Adidas o Nike han reconocido que han tenido que lidiar con una problemática que ha pasado factura a sus números y que prevén continúe este 2022.
Cómo sortear la crisis de suministros
Más naves logísticas y capacidad de almacenamiento
Según un informe elaborado por CBRE, el gestor de inversiones inmobiliarias más grande del mundo, una de las principales consecuencias del incremento del consumo por Internet será el aumento de las naves de última milla. Los locales comerciales que queden vacíos pasarán a ser una parte más de la cadena de distribución de las compañías, convirtiéndose en puntos logísticos de reparto.
De hecho, la demanda de este tipo de activos se ha disparado los últimos meses. Para sectores como la automoción, la construcción, o el embalaje, el almacenamiento extra es una solución que les permite hacer frente a esa alta demanda o lidiar con los problemas de desabastecimiento.
Tal y como se extrae del último estudio que Savills Aguirre Newman, la consultora inmobiliaria líder en nuestro país, ha realizado (primer semestre de 2021), la inversión inmobiliaria en el mercado logístico europeo registró 22.500 millones de euros. Estos datos sitúan a España como el segundo país con mayor incremento en inversión logística, por detrás de Irlanda.
En cuanto a las tendencias en las características de las naves logísticas, el principio de sostenibilidad no solo ha calado en los nuevos hábitos de los consumidores, sino también comienzan a tener impacto en el sector inmologístico, tanto a través del incremento de certificaciones de sostenibilidad de los inmuebles, como de las necesidades propias de la logística. Un ejemplo, la necesidad de ampliar las posibilidades de carga de vehículos eléctricos o la introducción de los camiones autónomos.
La cadena de valor
Los expertos coinciden en que, además de aumentar la capacidad de almacenamiento, es necesaria una reestructuración para poder hacer frente a la crisis actual y a las que puedan venir. Borja Iglesias, director de Kaizen Western Institute Europe, la consultora que ayuda a las organizaciones a desarrollar competencias de mejora continua comenta que hace falta una labor de reorganización para poder evaluar y eliminar riesgos, incrementar la flexibilidad y lograr una mayor capacidad de adaptación en un contexto que, tal y como hemos visto en los últimos dos años, está en continuo cambio. Iglesias asegura que en esta reestructuración la cadena de valor tiene un papel fundamental.
“Las empresas que invierten en el mapeo de sus cadenas de valor están mejor preparadas para reaccionar ante cualquier cambio. La información que extraen de ese mapeo les permite adquirir más conocimiento, proporcionando a los equipos una capacidad de respuesta más rápida y efectiva. Si las empresas saben de antemano dónde puede producirse una interrupción o qué productos pueden verse afectados, necesitarán menos tiempo de reacción para elaborar una estrategia de prevención, ya que serán capaces de detectar dónde están exactamente sus debilidades”, afirma.
Para Iglesias, existen dos tipos de empresas: las que permanecerán inmóviles deseando que no vuelva a ocurrir ninguna interrupción; y, las que aprovecharán esta crisis de suministros para invertir en el mapeo de sus cadenas de valor y poder así reducir los riegos y mejorar de manera significativa su logística.