“La escasez de chips ha retrasado ya la fabricación de 500.000 vehículos” (El País, 17 de junio), “El transporte marítimo se encarece un 328% por el Covid y el atasco en China” (El Economista, 18 de junio), “Rebrotes por Covid-19 en un importante puerto chino agravan los problemas de suministro”, (La Vanguardia, 22 de junio). Éstos son solo algunos de los titulares que los medios de comunicación recogen cuando hablan de la industria logística.
Debido a ello, la preocupación aumenta y los profesionales del sector comienza a hacerse preguntas ¿Habrá problemas de abastecimiento? ¿Viviremos de nuevo una escasez de productos? ¿Deberíamos comenzar a planear la campaña de Navidad a unos meses vista? Ramón Abalo, managing director en APG eCommerce Solutions y autor del libro “eLogistics for eCommerce companies” responde a estas preguntas y hace una radiografía sobre la industria y los principales retos a los que se enfrenta.
La pandemia, un contexto que ha marcado un antes y un después
Abalo hace un breve repaso para contextualizar una situación que, tal y como él afirma, “viene sonando en los últimos meses, pero comenzó en febrero de 2020 cuando China para su producción debido al lockdown. Los problemas en el transporte aéreo se vieron antes ya que que el 50% de la carga aérea la ocupan aviones de pasajeros, y después comenzó en el transporte marítimo y terrestre”.
¿Qué sucedió entonces? Que “la fábrica del mundo no podía enviar sus mercancías porque, aunque en abril-mayo China volvió a iniciar su producción, Europa y EE.UU no habían salido de su confinamiento”, explica Abalo. Al problema del retorno de los contenedores y de las aglomeraciones en los puertos, se suma el incremento de las compras online, especialmente, en el sector moda, electrónica y alimentación. De hecho, la facturación del comercio electrónico en España aumentó en el último trimestre de 2020 un 9,3% anual hasta alcanzar los 14.613 millones de euros, según los últimos datos disponibles en CNMCData.
En este nuevo contexto surge otro desafío para el sector de la logística: la subida del precio de los contenedores ante la falta de capacidad para transportar toda la mercancía. “Dónde antes estabas pagando 1000 dólares americanos por un flete, ahora estás pagando 20 o 22.000. El precio se ha multiplicado por diez ¿Por qué? Porque no hay espacio y si tú tienes que mandar una mercancía para fabricar papel en Alemania, por ejemplo, y sabes que tener parada tu fábrica te va a suponer una pérdida de miles de euros al día, los vas a pagar porque parar la producción te cuesta mucho más. Es aquí cuando empieza la inflación y la escalada de subida de precios porque ya no estoy hablando solo de ecommerce, estoy hablando en general porque la cadena de suministro es global”, asegura el experto Crossborder.
¿Cómo afrontar los retos que el mundo post Covid plantea a la industria logística?
Tal y como asegura Abalo, no se trata solo de comercio electrónico, sino de transportar mercancía básica para que funcionen las fábricas de España, Alemania o EE.UU. En este sentido, es un problema global que afecta a todos, incluso a los más grandes como Amazon o Alibaba, aunque, tal y como indica el managing director de APG “afectará a cualquier sector, pero sobre todo, a las empresas que dispongan de menos margen porque tendrán menor capacidad de negociación a la hora de reservar los flete”.
Además, también está la entrada en vigor de la nueva normativa del IVA. A este respecto, Abalo afirma “desde el punto de vista logístico es un reto muy grande, pero si tú como negocio eres capaz de convertir tu canal offline a online, será una gran ventaja. En Australia, la implementación del ecommerce no ha sido tan alta como por ejemplo en Europa, así que todavía tenemos margen de mejora”. En el caso de España, es el país que más ha incrementado las compras online durante el confinamiento (un 67%), según el tercer estudio sobre los hábitos de consumo realizado por la compañía de soluciones financieras Oney.
Para hacer frente a estos desafíos, Ramón Abalo habla de dos premisas básicas: previsión, – de hecho comenta que julio es una muy buena fecha para planear la campaña de Navidad-, y trabajar muy de cerca con los forwarders. “Al final son ellos los que tienen la sensibilidad de la industria, saben lo que está pasando y pueden encontrar una solución alternativa. Por ejemplo, quizá no puedes mover una mercancía desde Yiantan, pero conocen un movimiento interno desde China que puedes realizar para dar salida a tu mercancía”, comenta.
El futuro de la logística de Última Milla después del Covid-19
Más allá de la cadena de suministro, Ramón Abalo también habla de la Última Milla. “Hemos pasado de planes de inversión y gestión para mover los volúmenes en 2023 que hemos movido ya en 2020. En Reino Unido, por ejemplo, no hay conductores. Están enviando al ejército para hacer determinado tipo de entregas. Es un tema al que debemos prestar atención. Hay que contratar bastante gente, más que el año pasado, vamos a tener que dimensionarnos mucho y veremos a ver cómo respondemos porque la capacidad de contratar gente también es limitada, especialmente, en algunos países”.
La reducción de la movilidad durante el confinamiento posibilitó que las compañías de transporte pudieran asumir grandes volúmenes de reparto debido, sobre todo, a la inexistente congestión del tráfico y, por lo tanto, a la mejora de eficiencia en los desplazamientos. Sin embargo, esta situación vivida durante el lockdown puso de manifiesto la presión medioambiental a la que están sometidas las grandes ciudades españolas, donde solo el transporte de mercancías genera aproximadamente el 15% de la contaminación atmosférica, según un estudio elaborado por Deloitte.
El verdadero significado de sostenibilidad
Sobre la posibilidad de ser más responsables y sostenibles, Abalo se muestra tajante. “No tiene ningún sentido que hablemos de sostenibilidad, pensando solo en el medio ambiente. Si tú mandas un paquete que volumetrías en un kilo y pesa 100 gramos, entonces estás teniendo un problema. Lo que debemos conseguir es ser eficientes y sostenibles desde el principio, desde un punto de vista medio ambiental y también desde un punto de vista económico. No hay que primar uno u otro, sino alcanzar el equilibrio entre ambos, porque será bueno para el medio ambiente y, también, para tu negocio”.
En este sentido y, consciente de que no es posible eliminar en su totalidad las emisiones de CO2 que genera el proceso logístico, la compañía holandesa ha lanzado una iniciativa, Spring Green, con la que pretende compensar esa contaminación, invirtiendo en proyectos sostenibles que contribuyan a la mitigación del cambio climático. Además, para lograr ese equilibrio que comenta Abalo, Spring ofrece una gran ventaja a sus clientes al darles la posibilidad de realizar envíos pequeños, de por ejemplo 100 gramos, sin tener que hacer uso de un packaging mínimo superior que genere más aire y sea menos responsable y sostenible.
En definitiva, los expertos del sector creen que es difícil volver a vivir un desabastecimiento como el que hubo durante los primeros meses de confinamiento, pero sí que deberán tomar medidas para hacer frente a las dificultades de capacidad, a la escalada de precios y a las aglomeraciones en los puertos. Afrontar estos retos con previsión y de la mano de los forwarders es el único camino para garantizar que no haya ningún problema en la Última Milla.