Aunque la sostenibilidad se ha convertido en la protagonista de la hoja de ruta de la mayoría de las empresas, la realidad es que aún hay mucho camino por recorrer. La economía española genera en torno a 137,8 millones de residuos, según los últimos datos del INE, y, tal y como afirma el Banco Mundial, las cifras de desechos sólidos que no se gestionan adecuadamente aún superan los 600 millones de toneladas al año. En este proceso de intentar reducir al máximo el impacto negativo de la actividad empresarial, la logística inversa se ha convertido en una gran aliada. Es el camino para mejorar la gestión de los residuos sólidos y la competitividad del mercado.
¿Qué es la logística inversa?
La logística inversa es parte de una tendencia a la que ya hizo referencia Luttwak en 1971, para señalar el proceso de recuperar productos de los clientes por medio del servicio de postventa, y que hoy se define como “el proceso por el cual las compañías pueden ser más eficientes medioambientalmente a través del reciclaje y la reutilización de productos y mediante la reducción de materias primas empleadas”1.
También conocida como retrologística, gestiona el retorno de las mercancías en la cadena de suministro, es decir, se encarga de la recuperación y el reciclaje de los envases y embalajes, así como de las devoluciones de los clientes y de los procesos de retorno de excesos de inventario. Es un término que, no solo se utiliza para hacer referencia al papel de la logística en el retorno del producto, sino también a la reutilización de materiales, la reducción de materias primas en su fabricación, la eliminación de residuos, reparación o remanufacturación.
Cada vez más integrada en los negocios, especialmente con el auge del comercio electrónico, la logística inversa ayuda a incrementa la satisfacción y el servicio al cliente, así como a implementar mejoras que disminuyen el impacto medioambiental. Integrar en la cadena de suministro todo el proceso de logística inversa, debe ser una de las prioridades de las organizaciones que quieran aportar un valor añadido.
El tratamiento de la logística inversa en materia de residuos
Desde hace años, la normativa sobre residuos de la Unión Europea y, en especial, el Nuevo Plan para la Economía Circular, pone el foco en el denominado principio de Responsabilidad Ampliada del Producto (EPR, por sus siglas en inglés Extended Producer Responsibility) ¿En qué consiste este principio? Concretamente, hace referencia a la idea de que la responsabilidad que tiene un fabricante sobre sus productos se extiende a lo largo de todo el ciclo de vida de estos, es decir, es el responsable de recuperar sus productos cuando hayan alcanzado el final de su vida útil, asumiendo el coste de gestión de los mismos. Para hacer frente a estas obligaciones, la mayoría de los sectores afectados apuestan por los Sistemas Integrados de Gestión (SIG), es decir, que pagan a un tercero por ceder sus responsabilidades.
En la Resolución del Parlamento Europeo sobre la logística en la Unión, ya se resalta “la necesidad de integrar los elementos de los flujos de logística de distribución y logística inversa a fin de reducir el volumen total de movimientos de vehículos de transporte de mercancías, con vistas también a la progresiva transición a una economía circular”. Por otro lado, tal y como se recoge en la publicación “Identification and assessment of opportunities and threats for the circular economy arising from e-commerce”, se recomienda a las plataformas de comercio electrónico que no se dediquen a la venta de productos de segunda mano, que adapten sus negocios, aliándose con infraestructuras de logística inversa que les permitan poner en funcionamiento estos sistemas de devolución.
Según esta publicación, la utilización de la logística inversa como método de devolución de productos por las plataformas de comercio electrónico supone una oportunidad para conseguir una cadena eficiente de reutilización, reparación y reciclaje, que contribuye al desarrollo de la economía circular. Además, esta publicación también destaca la importancia que la retrologística puede alcanzar en el ámbito del embalaje dentro del sector del comercio electrónico.
Los Sistemas Integrados de Gestión (SIG) en España
A diferencia de otros países con mayor concienciación ecológica, en España son escasas las empresas que hayan desarrollado canales de distribución inversa para la recuperación de los residuos generados por sus productos. De hecho, según datos del ministerio para la Transformación Ecológica y el Reto Demográfico, el 94% de los residuos urbanos generados se eliminan a través de un vertedero y sólo poco más de un 6% se recoge selectivamente para su recuperación.
La mayoría de los avances que se han producido en España en lo referente a logística inversa es la creación de los Sistemas Integrados de Gestión (SIG). A continuación, vemos en un cuadro extraído del artículo “Los sistemas de distribución inversa para la recuperación de residuos: su desarrollo en España”, cuáles son sus principales características.
En definitiva y, tal y como podemos extraer del artículo publicado en INNOVA Research Journal, “Reserve logisitcs as a differentiation strategy for dynamic markets”, las empresas que han aplicado la logística inversa han mejorado su competitividad al reducir costos, reflejando credibilidad en el mercado por sus esfuerzos en minimizar la huella ambiental. Por lo tanto, la aplicación de las prácticas que abarca la logística inversa, aumenta las posibilidades de diferenciación de la competencia y genera confianza y seguridad en los consumidores.
En cualquier caso, la participación en un SIG no se puede entender como una medida de gestión medioambiental de la empresa. Si verdaderamente una compañía quiere aportar cierta ventaja competitiva, deberá introducir los aspectos medioambientales en todos los procesos que implican su cadena de suministro, desde el diseño del producto con materiales menos contaminantes y de menor volumen, hasta su packaging o distribución.
En todo caso, la correcta implantación de un sistema de logística inversa requiere asegurar la participación de los consumidores. Su papel resulta crucial y, a pesar de que cada vez están más concienciados con una compra responsable y sostenible, es fundamental incentivar su colaboración con actividades encaminadas a la educación e información sobre los sistemas de recuperación de residuos.
1. Craig R. Carter y Lisa M. Ellram, “Reverse logistics: a review of the literature and framework for future investigation”, Journal of Business Logistics, vol. 19, núm. 1, p. 85. 2 Dale S. Rogers y Ronald S. Tibben-Lemb