La inteligencia artificial (IA) ha dejado de ser una mera herramienta tecnológica para convertirse en un fenómeno transformador que afecta a casi todos los aspectos de nuestra vida diaria.
Desde asistentes virtuales hasta sistemas avanzados de recomendación en plataformas de streaming y comercio electrónico, la IA está cada vez más presente en las decisiones que tomamos, los productos que compramos y las formas en que nos comunicamos. Pero, ¿están realmente preparados los consumidores para esta revolución?
Si y no…
Hay datos que dicen que sí, pero otros que muestran ciertas dudas. Hootsuite Social Trends 2024 Consumer Survey habla de la tendencia de la IA y dice que el 62% de los consumidores dicen que son menos propensos a participar y confiar en el contenido si saben que fue creado por una aplicación de IA.
También hay cierta desconfianza sobre las implicaciones de la IA en puestos de trabajo, por eso, la edición 2023 de European Tech Insights revela que el 68% de los europeos quiere que los gobiernos impongan restricciones a la IA para proteger el empleo.
Por otro lado, Accenture’s Consumer Pulse Research 2024 señala que el 85% de los consumidores afirma que la protección de los datos personales es importante cuando se utilizan herramientas de IA conversacional; el 81 % de los consumidores quiere saber qué hay detrás de las recomendaciones de compra de las herramientas de IA conversacional; el 81 % de los consumidores afirma que la protección de las compras es importante para las compras realizadas a través de herramientas de IA conversacional; y el 55% de los consumidores está abierto a utilizar agentes de IA generativa para compren por ellos.
A pesar de la creciente presencia de la IA, la confianza y la comprensión de los consumidores sobre estas tecnologías sigue siendo un área de preocupación. Un estudio del Instituto de Investigación Capgemini titulado “Why consumers love generative AI”, ha revelado que la mayoría (51%) de los consumidores conoce las últimas tendencias en IA generativa y ha explorado las herramientas. Casi la mitad de los consumidores (43%) está dispuesta a que las organizaciones apliquen la IA generativa en las interacciones con los clientes, y la mitad de los consumidores está entusiasmada con las experiencias interactivas y de inmersión que puede ofrecer esta tecnología. 64% de los consumidores están dispuestos a realizar compras basadas en estas recomendaciones y 67% de los consumidores prevé positivamente la capacidad de la IA generativa para ofrecer recomendaciones personalizadas sobre moda y decoración del hogar.
Aunque no hay acuerdo sobre si los consumidores están o no preparados para esta revolución tecnológica, todos los datos sobre el crecimiento previsto apuntan a un crecimiento innegable, siendo 2024 la prueba de este auge. Statista prevé que el tamaño del mercado de la Inteligencia Artificial alcance los 46.670 millones de dólares en 2024 y se espera que el tamaño del mercado muestre una tasa de crecimiento anual (CAGR 2024-2030) del 28,44%, dando lugar a un volumen de mercado de 209.500 millones de dólares en 2030.
La posición de la UE es generar confianza en torno a la IA
Un gran poder implica una gran responsabilidade. Así, en abril de 2019, la Unión Europea publicó unas directrices éticas para la «confianza» de la Inteligencia Artificial (IA) para responder a la cantidad cada vez mayor de sistemas que emplean métodos de IA para la creación de valor.
En enero de 2024, la Comisión Europea puso en marcha un paquete de innovación en IA para apoyar a startups y pymes en el desarrollo de una IA fiable que cumpla los valores y normas de la UE. Tanto la iniciativa «GenAI4EU» como la Oficina de IA Europea forman parte de este paquete que busca impulsar el desarrollo y la adopción de modelos de inteligencia artificial generativa en Europa.
El 1 de agosto entró en vigor la Ley de Inteligencia Artificial de la UE, que regula lo que la inteligencia artificial puede y no puede hacer en la UE.
La revolución de la inteligencia artificial está en pleno apogeo, y aunque los consumidores ya interactúan con estas tecnologías de maneras que hace una década parecían ciencia ficción, aún queda un largo camino por recorrer en términos de confianza y comprensión. Los datos muestran que, si bien hay una aceptación creciente, también existen preocupaciones legítimas que deben ser abordadas.
El futuro de la IA dependerá en gran medida de cómo las empresas y los gobiernos manejen estos desafíos. La educación y la regulación serán clave para asegurar que la IA no solo sea una herramienta poderosa, sino también una que esté alineada con los valores y expectativas de los consumidores.