El transporte fluvial se remonta a los inicios de la humanidad. Actualmente, aunque en menor medida, se sigue llevando a cabo para transportar tanto mercancías como pasajeros a través de ríos y canales que conectan dos regiones marítimas importantes. Uno de los más conocidos es el canal de Panamá, que conecta los océanos Atlántico y Pacífico. También existen ríos como el Amazonas, el Orinoco, el Danubio, el Rin, el Támesis o el Río de la Plata que son navegables y ofrecen grandes oportunidades de transporte fluvial.
En muchos casos, y debido a que se trata de un transporte que juega un rol importante en la economía logística actual, se invierte dinero en adecuar y acomodar algunos ríos para que cuenten con un volumen suficiente de caudal y hacerlos de esta manera transitables para el comercio.
El transporte marítimo y fluvial se asemejan, pero cuentan con una diferencia considerable, la conducción y el diseño de los barcos que deben transportar sus mercancías por los ríos es muy diferente a la que lo hacen por los mares. Tanto la profundidad como la amplitud del caudal son la base y el transporte de río requiere un trabajo mucho más especializado.
Servicios y tipologías de transporte fluvial
A pesar de tratarse de un solo método de transporte, el transporte fluvial puede darse de tres modos diferentes según los servicios de transporte que ofrezca. Todos ellos tienen algo en común: circulan por ríos o canales que cuentan con acceso a masas internas de agua, pero no necesariamente con salidas directas al mar.
- Servicios de línea regular: Son todas aquellas rutas de transportes que siguen un patrón o trayectoria específica y estable. Suelen realizar los mismos caminos cada cierto tiempo y el barco que lo efectúa siempre es el mismo.
- Servicio sin trayecto fijo: Puede transportar tanto mercancía como pasajeros, sin tener una ruta específica. También se llama de ‘servicio general’ y cuenta con unos criterios más versátiles.
- Servicios de barcos petroleros: Son barcos adaptados a transportar por los ríos sustancias como gasolina, lubricantes o parafina. Es muy común trasladar este tipo de mercancías por los ríos.
A su vez, los barcos de transporte fluvial también se pueden dividir según la tipología de carga que lleven en ellos.
- Cargueros: Son aquellos más destinados al transporte de mercancías, no tanto de pasajeros. Acarrean envases, cereales, minerales…
- Barcos de contenedores: Al contar con este tipo de almacenaje, los barcos de contenedores facilitan su carga y descarga y, gracias a su agilidad, suelen estar conectados con otros servicios de transporte tanto ferrovial como marítimo.
- Buques cisterna: Se especializan en transportar productos líquidos y gaseosos, ya sea combustibles, hidrocarburos, o el gas natural licuado (GNL) del que ya hemos hablado en anteriores artículos.
- Barcos de pasajeros: Como su propio nombre indica, transportan a personas de un punto a otro de los ríos. Van desde pequeñas lanchas hasta cruceros fluviales.
Ventajas y desventajas
Si nos centramos en el envío de mercancías a través de contenedores, la principal ventaja que encontramos en los envíos fluviales es el bajo coste que supone tanto por tonelada como por quilómetros, ya que vendría a ser la mitad respecto al ferrocarril y prácticamente una quinta parte respecto a la del transporte por carretera.
Otra de sus ventajas es la baja siniestralidad, algo muy importante si se transportan productos peligrosos. Además, haciéndolo por río se evitan problemas de congestión. La tasa de emisiones también es menor, favoreciendo en la sostenibilidad del medioambiente.
Pero este tipo de transporte, al igual que el resto, también cuenta con algunas desventajas como puede ser el deterioro de los cauces fluviales, su uso ocasional únicamente en ciertos periodos del año o el riesgo ambiental por derrames en el caso de los barcos petroleros.
Sequía, la principal causa de colapso
Este último año se ha caracterizado por la falta de lluvias en la gran mayoría de Europa. Este fenómeno está afectando considerablemente al transporte fluvial de mercancías, como detalla la publicación Cinco Días. La circulación de barcos por los ríos Danubio y Po ya se han visto limitados por la falta de agua; en los últimos meses ya solo circulan por ellos el 25% de sus cargueros habituales.
Para poder navegar por el Danubio se ha optado por hacerlo mediante turnos, lo que ha alertado a los barcos energéticos y graneros que suelen circular por él. Los que pueden hacerlo, además, tiene que realizarlo con una carga menor a la habitual. Cabe destacar que, si en un río como este suelen haber unos 2 metros de agua bajo el barco, en los últimos meses únicamente hay 40 centímetros. Este río es vital para Ucrania y suele transportar granos, aceites y carbón.
En España, en los últimos meses el río Miño, en Lugo, se ha visto afectado por su caudal inusualmente bajo, de 340m³/s.