La crisis climática por la sequía va en aumento y el sector logístico ya ha empezado a notar sus consecuencias. Los canales fluviales por los que se transportan mercancías están bajo mínimos y los propios países han empezado a tomar medidas al respecto.
El Canal de Panamá, uno de los más conocidos y concurridos a nivel mundial por el que cruzan cientos de buques metaneros y petroleros cada día, ha anunciado un nivel de restricciones nunca visto. Las autoridades del Canal han puesto en marcha la llamada ‘quinta restricción’ a los buques Neopanamax. Se trata de aquellos transportes de mayor tamaño y que estaban circulando desde su ampliación en 2016. Este tipo de flotas suponían hasta ahora el 25% de los tránsitos anuales y en 2022 alcanzaron los 2.131 traslados entre abril y marzo, año fiscal panameño. Por su parte, el Gobierno de Panamá declaró a finales de mayo el estado de emergencia ambiental ante la prolongación y agravación de la época seca.
Urgencia en encontrar una solución
Por este canal con más de 100 años de historia, transita anualmente el 6% del comercio mundial. Y ahora, con la crisis climática, las perspectivas no son nada buenas. Entre febrero y abril de este año se calcula que las precipitaciones han disminuido un 50% lo que ha afectado considerablemente a su caudal de agua, según datos de Everstream Analytics. Esto afecta a que, de seguir esta tendencia, los costes de transportar mercancías a través de él serán cada vez más altos lo que puede poner en jaque al transporte marítimo a nivel global.
Jorge Quijano, exadministrador del Canal de Panamá, ha explicado, en unas declaraciones realizadas a EcoTVPanamá, que urge encontrar una solución a esta problemática en auge y ha asegurado que el gobierno nacional está empeorando la situación. «Lo que yo hice en el Canal y dejé planificado en su momento era que debíamos seguir adelante con el proyecto del reservorio multipropósito de Río Indio. Dicho río puede producir lo que serían posiblemente 12 plantas de Mendoza a diario. Estamos hablando de una cantidad enorme de agua. Desafortunadamente, es una cuenca que está fuera del Canal de Panamá. El que administra esta cuenca es el Gobierno, que es el que tenía que llevar adelante ese proyecto y decidió no hacerlo», ha afirmado Quijano.
Cabe destacar que el agua de lluvia es la principal fuente de energía del Canal de Panamá, ya que es la encargada de mover los barcos por las esclusas y que funcionen como si fueran ascensores elevando los buques hasta 26 metros sobre el nivel del mar. Para que cada una de las embarcaciones pueda atravesar el Canal se necesitan unos 200 millones de litros de agua dulce vertidos al mar. Por esta razón, si sigue sin llover, no se podrá gestionar el paso de los barcos.
Otra de las soluciones, que están barajando varios expertos y que ayudarían a evitar más daños en el comercio internacional, es cruzar directamente el Pacífico conectando la costa este de Asia con la costa oeste de Estados Unidos. También cabe la opción de hacerlo a través del canal de Suez. Estas iniciativas no son del todo óptimas ya que supondrían un incremento considerable de los tiempos de envío y, por lo tanto, de los costes que tendrían que acabar pagando los propietarios de las mercancías.
Los datos reflejan la urgencia de encontrar alguna solución. En 2022 los barcos que transitaron por dicho canal transportaron más de 518 millones de toneladas de mercancías, lo que supuso para Panamá más de 2.500 millones de dólares.
Medidas restrictivas indefinidas
El Canal de Panamá se alimenta continuamente del agua proveniente de dos lagos artificiales: Gatún, creado en 1913, y Alhajuela, en 1935. Dichos lagos, además, suministran el agua a la capital panameña, su área metropolitana y a la mitad de la población de este país centroamericano con unos 3,4 millones de habitantes.
El bajo nivel de sus aguas, especialmente las del lago Alhajuela que actualmente cuenta con poco más de 62 metros, ha alertado a las autoridades, ya que su bajo mínimo operacional está en los 58 metros. Cabe destacar que el pasado noviembre el mismo lago sobrepasaba los 76 metros.
Para lograr seguir transportando mercancía por dicho canal, las navieras se han visto forzadas en los últimos meses a reducir la carga de sus navíos de mayor capacidad, de esta manera no pesan tanto y pueden trasladarse mejor. El problema proviene de que, a menor capacidad utilizada en los buques, los gastos no se equiparan con los ingresos del transporte por lo que únicamente lo pueden solucionar incrementando el precio de los desplazamientos, lo que también se conoce como ‘flete’.
El futuro no se vislumbra mejor. Según ha detallado Jon Davis, el meteorólogo jefe de Everstream Analytics, en unas declaraciones recogidas por el periódico Cambio16, «el patrón continúa presentando lluvias por debajo de lo normal en todo Panamá en el futuro previsible. Como resultado, esperamos que los niveles del lago disminuyan y que empeore el impacto en el transporte marítimo por el canal».