El e-commerce creció en el primer semestre de 2020 más que en los últimos cinco años. La pandemia provocó que alcanzara su máximo nivel un año después y que, solo en España, su facturación llegara a rozar los 18.000 millones de euros en 2021, según la CNMC. El comercio electrónico ha dado el gran salto y, ante esta situación, el papel de las empresas del sector logístico se hace aún más determinante y adquiere mayor protagonismo al asumir el reto de adaptarse a la nueva normalidad, pero, ¿qué nos deparará el futuro?, ¿de qué manera van a afectar las nuevas formas de consumo a la logística?
Cambios más significativos que se han producido
Tal y como podemos extraer del informe “Observatorio Cetelem Ecommerce 2021”, en este año, los españoles gastaron de media en compras por Internet un total de 2.336 euros, un 11% más que en 2020. Uno de los principales cambios que el 85% de los compradores afirma haber notado es la mejora en los procesos de logística de la mayoría de los comercios electrónicos. De hecho, la importancia de entregar los pedidos en los plazos de entrega y la trazabilidad son dos de los aspectos más demandados por el consumidor actual.
Productos sostenibles
Según datos del Estudio Global de Sostenibilidad 2021, realizado por Simon-Kucher & Partners, la sostenibilidad se ha convertido en un elemento cada vez más demandado en las compras de los consumidores. De hecho, según los encuestados (10.000 personas de 17 países), el 85% de las personas ha modificado su comportamiento de compra para ser más sostenible.
Al igual que esta nueva conducta varía en función de las generaciones (son los millenials, seguidos de la Generación Z, los más responsables con el medio ambiente), también existen diferencias por países. España ocupa el tercer puesto con el 35% de consumidores que eligen ser más sostenibles en sus compras. Le preceden Italia y Austria como segundo y primer lugar respectivamente. Desde la consultora aseguran que “las empresas que no tienen la sostenibilidad como parte de su propuesta de valor central deben actuar para protegerse contra futuros impactos en la reputación y la pérdida de cuota de mercado”.
El comportamiento hacia la sostenibilidad varía también en función del sector. De esta manera, es la industria de la energía y los servicios públicos donde el consumidor más demanda esta característica, le sigue la industria de la construcción, los bienes de consumo y el sector viajes y turismo.
«La importancia relativa de la sostenibilidad durante el proceso de compra seguirá aumentando. Hoy en día, el 50% de los consumidores clasifican la sostenibilidad como uno de los cinco principales impulsores de valor«, afirma Andreas von der Gathen, codirector ejecutivo de Simon-Kucher. «A medida que aumentan las expectativas en torno a la sostenibilidad, las empresas se enfrentarán a una presión mayor para demostrar sus credenciales de sostenibilidad y seguir convirtiéndola en una parte central de su propuesta de valor», añade.
Pago rápido y seguro
Otro de los cambios provocados por la pandemia es que la tendencia a la digitalización de los pagos se ha precipitado. Además de las recomendaciones sanitarias, como evitar los pagos en efectivo, y al auge del e-commerce por razones que ya hemos comentado, los comercios también han apostado por una tecnología más segura, rápida e intuitiva, conscientes de que es lo que el consumidor demanda y necesita.
Según el V Informe del Futuro de los Medios de Pago presentado por UniversalPay, el pago con plástico tradicional es la forma de pago preferida para realizar las compras habituales para el 75% de los compradores. De éstos, el 86,4% considera que es la forma más segura de realizar transacciones económicas. Por otro lado, el contactless ha experimentado un fuerte impulso, con más de un 30% de aceptación y el mobile payment ha pasado a ser el método de pago más popular, en concreto, se ha incrementado más de cuatro puntos en un año. Hasta el 21% de los consumidores encuestados pagan con el móvil en tienda física. El 41%, utiliza el wallet de su banco y después lo más utilizado son las aplicaciones Apple Pay, Google Pay y Samsung Pay. Moda y ocio lideran las compras de mobile commerce.
Otro dato importante que se extrae del informe es que el 56,6% de la red comercial asegura haber aumentado las ventas de su comercio electrónico. Incluso, el 41% de los negocios con tienda física y virtual aseguran que la facturación de su e-commerce se ha incrementado en relación con la de su establecimiento físico. Cabe también señalar que la proliferación de sistemas como los enlaces de pago han permitido a muchos comercios que ni siquiera tenían página web, poder vender online a través de las redes sociales e incluso Whatsapp.
Ecommerce, la clave está en la logística
Según el informe E-commerce 2021 elaborado por CBRE, la tasa de penetración de comercio electrónico en España hoy es mayor a las tasas de otros países vecinos como Portugal o Italia, de hecho, ha pasado de un 3,5% en 2015 a un 8,7% en 2020. El estudio sobre la curva de crecimiento española es uno de los más destacables en Europa, ya que nuestro país ha experimentado uno de los mayores niveles de crecimiento del continente en los últimos dos años, por encima de Reino Unido, Alemania, Noruega o Francia.
Teniendo en cuenta este dato, España se sitúa en una posición ventajosa de cara al futuro y destaca como uno de los países con mayor potencial de crecimiento e-commerce. Es más, desde CBRE estiman que la tasa de penetración del comercio online en nuestro país alcanzará el 14% en 2025.
Estas cifras ponen de manifiesto que, ante el aumento de una demanda sin precedentes, es necesario una logística más ágil y flexible, pero, ¿qué otros cambios veremos?
- Se producirá una simbiosis entre el espacio físico y el online, que deberán complementarse y funcionar de manera integrada.
- Se desarrollarán modelos de comercio híbrido basado en tecnologías digitales. Los negocios a pie de calle se transformarán en espacios mixtos, con puntos de exposición y de almacenaje de preparación de pedidos.
- Habrá una mayor demanda (que ya ha empezado a incrementarse) de superficie logística.
- Mayor automatización de naves logísticas.
- Auge de la logística de proximidad, con un incremento de la actividad inversora hacia activos last mile en ciudades de más de 100.000 habitantes.
En definitiva, y tal y como subrayan desde la consultora Simon-Kucher & Partners, los nuevos hábitos de consumo provocados por la pandemia, y por otra serie de factores culturales, demográficos y de infraestructuras “han creado tanto desafíos futuros como oportunidades para todas las empresas”. Desafíos que deberán afrontar con una mejora continua de la cadena de suministro y oportunidades que tendrán que aprovechar si quieren tener éxito en el mercado actual.